miércoles, 1 de julio de 2015

Grande Cohen...





Una nueva entrada (retomamos el ritmo de lunes, miércoles y viernes....) dedicada a aquello de pensar en voz alta con vosotr@s... 

Leonard Cohen siempre me ha parecido un hombre superelegante,  en el mejor sentido de la palabra elegancia. Tiene ese aura que emana de un saber estar y una personalidad únicas. 

El hecho de que, además de elegante..., es un gran autor, no hace falta reiterarlo, pienso..., a estas alturas de su vida y con tanto demostrado.

El domingo pasado, el día, digámoslo así,  más "religioso" de la semana, a lo menos en este lado del mundo de raíces cristianas..., escuchaba una de sus canciones, tan conocida como él mismo... Hallelujah.

Como dice el actual Papa Francisco, se puede no ser religioso (se puede no practicar religión alguna) pero sí ser espiritual, de hecho un ser humano que no lo sea en absoluto, espiritual, y esto ya no es cosa del Papa sino mía (aunque supongo que coincidiremos en nuestra opinión....), un ser humano, retomo..., que no sea espiritual ni en su más recóndita instancia, debe resultar bastante temible... no tanto por malvado (la maldad va por otro lado...) como por terriblemente superficial...


Pues bien, una de las canciones más espirituales que conozco es Hallelujah. No es que sea un himno al Señor o cosa por el estilo...., pero su música intimista y un punto melancólica (sí, es Cohen cien por cien....) y la reiteración de la palabra que le da título, Hallelujah, así como las referencias en su letra al rey David, al amor, a la lucha, al perdón..., producen en el 99% de los que la escuchan un curioso efecto...., una confusa aspiración de unirse a Cohen en su no-plegaria y clamar por el Bien Que deseamos, frente a un Mal que no logramos atajar en este planeta herido y enfermo...

No en vano es una de las composiciones más versionadas por tantos intérpretes... destacando (en mi opinión...) la del malogrado Jeff Buckley, que la hizo tan suya como el propio Cohen.

Música para tiempos de guerra. Para tiempos de paz. Para todas las almas. Música de un grande.... Grande Leonard Cohen. 







Algún día, Cohen nos dejará. Como yo dejaré a los que quiero y los que quiero me dejarán a mí. En el gran misterio que es la muerte, una luz se hace tan evidente como la certeza de esa partida.... que la obra de los creadores queda para nuestro recreo y aprecio. Agradezcámosles su dedicación, su entrega....

Nos vemos el viernes. Gracias por pasar por aquí...!


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