viernes, 29 de abril de 2016

Rituales... versus hábitos... versus rutinas...



Primavera en el calendario y en nuestro ánimo. Soy una persona a la que no le gusta, nada..., el calor, esa sensación de incandescencia pegajosa del verano madrileño (vivo en Madrid), del verano del Sur... o del verano de Levante.... Tampoco me gusta la chaquetita en agosto o el jersey de algodón como parte obligada de mis outfits estivales.... léase el verano en el Norte. Parece que no tuviera cobijo bajo el sol, pero, ciertamente....., no es así. Y es que me queda la primavera.... 

La primavera es, lo sé...., tan variable como para volverse un poquito loca... Te levantas con una temperatura, comes con otra, paseas con una tercera y cuando te acuestas ya no recuerdas si has pasado frío, calor o a ratos... porque vestirse y acertar se vuelve humorísticamente complejo... Nos salvan los looks cebolla.... capas que nos vamos quitando conforme sube la temperatura, a lo largo del día, o retomando a la caída del sol. 

Sin embargo... esos pocos días de primavera de libro..., perfectamente cálidos sin excesos, de cielos impolutamente azules sobre céspedes sembrados de margaritas... Por pocos que sean, nos reconcilian (a  mí al menos) con la estación y nos hacen sentir que la temperatura ideal existe. Brevemente, pero haberla.... hayla.

Durante esos días el optimismo me invade y siento que puedo llegar a todas mis metas y que lograré cumplir mis propósitos existenciales..... pocos, siempre los mismos... para más "inri"..... (señal clara de que estamos hablando de un puro estado de ánimo...). Además, siempre, siempre.... me apetece transformar mis pequeños hábitos y rutinas en rituales bellos, amables, gestos que dan encanto sin restar tiempo ni exigir esfuezo. ¿Imposible....? Oh, no.... Lo váis a ver. 

Imágenes: Un bon moment


Un ritual implica ser consciente de un momento determinado, de una pausa o una actividad reiterada... Pero ser consciente con todos los sentidos... con el tacto, con la vista, con el olfato... 

Si hemos de trabajar frente al ordenador, hacernos con un pequeño búcaro de flores que nos permita  relajar la mirada  y la mente cada vez que giremos los ojos en su dirección...., sentir su belleza envolviendo nuestras horas. Colores, formas... Toquemos un pétalo, una hoja, suaves... frágiles.... 


Imagen: Hamptons SC
Imagen: La chimenea de las hadas


Si nos perfumamos cotidianamente, hacerlo con mimo..., degustando ese olor que nos enamoró en su momento (por algo escogimos nuestro perfume.... y no otro....). Hacerlo todos los días y no solo si vamos a salir. Dejar transcurrir un minuto...., cerrar los ojos..., inclusive, empaparnos del aura de nuestra fragancia. Hacerla, efectivamente...,"nuestra". ¿Por qué la escogimos....? Conviene recordarlo y revivir los motivos..., indudablemente constituirá una memoria placentera.


Imágenes: Andrea Amoretti


Nuestra elección de complementos..., una tarea que va ligada al hecho de vestirnos. Sentirnos bellas con ese collar, con esos pendientes... Dedicar un tiempo el finde o cualquier otro rato "libre" a repasarlos, acariciarlos..., fijarnos en su colorido..., en su ligereza... o en su peso... si es el caso (a mí personalmente me gusta los complementos ligeros...). ¿Por qué están en nuestro armario....? ¿Qué motivó su elección....? ¿Qué nos han aportado....? ¿A qué nos han recordado.....? 


Imágenes: Cuentas e Historias


Llegada la noche, el reposo.... Nos relajamos... Dejamos el bolso, dejamos las ropas formales (o informales) del día... Alguna, al menos.... Pues bien, hacerlo habiendo antes encendido una vela.... Ser conscientes del gesto de encender la cerilla, oír el chasquido del fósforo...., recrearse en apagarla... como cuando éramos niños y formulábamos un deseo...., contemplar la llamita...., la cera que se va derritiendo.... un pequeño lago en torno a ese fuego diminuto.... Y, nuevamente...., el olor.... Dejar que nos envuelva, dejar que se filtre en nuestro espacio.... casi imperceptible... de tan sutil...


Imágenes: La chimenea de las hadas.


De todo, de absolutamente todo..., podemos hacer un ritual. Y embellecer nuestra vida.... tan sencillamente, tan gratuitamente... 


Rituales de primavera. Rituales de vida. ¿Empezamos a crearlos....? Mayo ... tu mayo... tu primavera..... tus días... tu tiempo... Tu vida. 


Gracias siempre por leerme... E-mail me si quieres que profundizemos juntas en "tus" rituales. Es fácil... Te emplazo a uno de mis talleres de estilo o a una sesión personalizada. 

mpmolina71@hotmail.com


Nos vemos el martes en el blog...  Y, por favor..., recuerda ser feliz. Que la felicidad, pequeña, doméstica, muy tuya, muy sencilla...., sea, también y sobre todo... por encima de todo... , tu mejor ritual. 




jueves, 21 de abril de 2016

Lo que de verdad importa.


 Jueves compartidos.... Como sabéis, esto significa que La Violeta dulce y bonita y Un bello día intercambiamos nuestras entradas en los blogs.... De modo que os dejaré con la suya, de carácter muy personal, como váis a leer....

Estos días pasados, Lorena y yo descubrimos (ella me lo descubrió a mí) un video "inspiracional" en You Toube que nos gustó..... mucho. Propicia una reflexión necesaria, a hacer no solo por las féminas del planeta.... por más que el video en cuestión esté protagonizado por y dirigido a las mujeres, sino por todo ser humano consciente e inteligente..., embarcado en las dinámicas y tiempos que se supone nos toca vivir y se autocalifican como imperativas. Aunque luego no lo sean tanto... tan imperativas, quiero decir..., sino más bien fruto de la inercia, del dejarse llevar por la corriente dominante. 

Pues tal vez toque bajarse....

Veamos si Lorena opina algo parecido.


Hace unos días encontré un vídeo por Internet...  y tras verlo mi mundo dejó de girar por unos segundos. Para los que no tengáis ganillas de verlo (aunque os lo recomiendo encarecidamente), aquí os lo transcribo. Son las frases de distintas mujeres mayores: 

 Si yo fuese una mujer joven ahora, no estoy segura de si podría afrontarlo.
Con todas las cosas que tenemos, las oportunidades, la tecnología, me gustaría pensar que debería ser un mundo más placentero.
Pero en cambio, me temo que solo sería un mundo de presión.
Presión por ser la madre perfecta, la esposa perfecta, la amiga perfecta.
Presión para ser exitosa, una jefa líder.
Si otra vez volviera a ser joven, no crearía una lista de cosas para HACER. Lo que haría sería una lista de cosas para NO HACER.
Me daría el tiempo para disfrutar de las cosas que ahora entiendo que son las más importantes.
Lo que daría por alargar esos besos de buenas noches, en lugar de quejarme porque mañana me tengo que levantar temprano.
(Suspiro) Lo que daría por haber acariciado un segundo más a mis bebés antes de que se hubieran hecho lo demasiado grandes como para llevarlos en brazos.
Lo que daría por haberme quedado cinco minutos más en la pista de baile mientras mis piernas aún podían sostenerme.
Y esto no es solo una lucha por la igualdad.
Mi generación es la generación que quemó los sujetadores.
Pero nunca estuvimos en peligro de quemarnos.
No… Esto simplemente va acerca de cómo eres como persona. Esa es la palabra más importante. SER.
Y perderse en el momento.
Estar en paz con el mundo.
Ser bondadosa contigo misma.
Ser bondadosa con los demás.
Ser capaz de dejarse llevar y estar orgullosa de hacerlo.
Créanme, si yo volviese a ser una mujer joven, gastaría más tiempo en SER.
No en HACER. 


Cuando terminó supe que quería escribir sobre lo que me había hecho sentir y por ello le propuse este post a mi gran amiga Pilar. 

El clip me sugirió muchas cosas, no sé ni por dónde empezar. Quizá dejaré mi mente en blanco y mis dedos libres… 

Una vez leí, hace no mucho, que hay gente que muere (en vida) a los veintipocos años. Quizá, pensé, yo soy una de esas personas. Porque, casualmente, si miro para atrás, el último año que fui una loca, en el buen sentido, fue a los 19. Justo después empecé la universidad y a los pocos meses, en los exámenes iniciales, sentí por primera vez en mi vida unos fuertes dolores en el pecho. Fui a mi médico y su sustituta, él no estaba, se limitó a preguntarme si consumía algún tipo de estupefacientes.
No, no los consumía. “Simplemente” era ansiedad (ahora lo sé)… y así hasta hoy, bastantes años más tarde
.
¿En qué momento perdí el norte, la naturalidad, la espontaneidad, el dejarme llevarme, ese pequeño toque irresponsable? No lo sé. ¿Quién me obligó a estar a todas horas haciendo cosas, méritos, orden, limpieza, deporte, sin hueco en la agenda para tomar café con una vieja amiga? En buena medida, fui yo. 





Después de ver el vídeo me di cuenta de que últimamente puedo estar leyendo un libro y consultando varias veces el correo electrónico en el móvil, tumbada en la cama sin pegar ojo pensando en tareas pendientes por hacer, viendo sin mirar la película del domingo por la tarde porque mentalmente estoy renegando porque mañana es lunes. 

Presión, presión, presión… Presión por ser buena empleada, buena emprendedora, buena esposa, buena amiga, buen familiar, buena vecina… ¿Quién me mete tanta presión? En una gran medida, de nuevo, yo. 

Siempre nos quejamos de que el tiempo pasa rápido (Noche Vieja, Semana Santa, el verano, la vuelta al cole y de nuevo las Navidades) y siempre decimos que de niños el tiempo pasaba más despacio.
Una vez leí un artículo que decía que el tiempo es igual para todos, para pequeños y mayores, la diferencia es que cuando un nene está, por ejemplo, jugando en la bañera, sólo está centrado en eso. Está disfrutando de ese momento. No es que no exista nada más importante, es que no existe nada más. 




A veces, en mi vida, ha habido personas que me han hecho pensar que esa forma de actuar, el “estar en el momento” (mindfulness se llama), era una pérdida de tiempo. Incluso que estaba mal. Siempre había que estar haciendo algo, acumulando metas alcanzadas. Quizá para ser el mejor. ¿En qué...?, me pregunto ahora.... 

Esa forma de vivir, creo que bastante nociva, sumada a mi perfeccionismo y auto exigencia, en ocasiones ha sido un auténtico cóctel molotov para mi estabilidad emocional. 

Me doy cuenta de que me he perdido muchas cosas, grandes y pequeñas, muchas. Pero por suerte sé que aún no es tarde.

Con todo esto no pretendo decir que esté mal querer superarse, marcarse retos, practicar ejercicio, etc. De hecho hay veces que hay que hacer ciertas cosas, simplemente porque hay que hacerlas. Tampoco me refiero a llevar a cabo una “huelga de brazos caídos”. Creo que se trata de buscar un equilibrio: no hacer ciertas cosas que no es necesario hacer y no dejar que las cosas que nos gustan se conviertan en obligaciones y dejemos progresivamente de disfrutarlas. 

Personalmente, me va a costar un poco cambiar mi un tanto perjudicial estilo de vida y concederme, en ocasiones y sin remordimientos, el no hacer nada. O dedicarme más tiempo. O hacer más veces lo que me gusta. O hacer menos lo que no me hace feliz. O pasar más tiempo con la gente que importa. O mostrar más los sentimientos a pecho descubierto. Pero me voy a esforzar porque lo quiero conseguir. Porque, como bien dice el vídeo que os he mostrado al principio, el tiempo se pasa... y no es como esos juegos en los que puedes reiniciar la partida. 

En este juego de la vida, al final, solo hay un “game over”, y si ese “fin” estuviera cerca, tengo por seguro que no malgastaría mi tiempo ordenando las figuritas del mueble del salón, mirando Instagram por enésima vez o preocupada por lo que la gente piense o deje de pensar de mí. Probablemente estaría compartiendo mi comida favorita con las personas que más me importan, en medio del campo, sonando de fondo las canciones que más me gustan… 

Como dicen las protagonistas del clip, os animo a “HACER menos y SER más”. 





 
Muchas ideas en este post de nuestra Violeta favorita. Todas de necesaria reflexión y casi añadiría que de obligada incorporación a nuestro personal "hecho de vivir".....

 La vida es corta. Aún siendo tan breve como lo es en verdad, siempre hay tiempo para reinventarse varias veces. Tal vez nuestra próxima, pendiente y más necesaria reinvención, empiece hoy... y pase por aquí... por todo lo expuesto. Tal vez dentro de otros diez años echemos la vista atrás y contemplemos el 21 de abril del 2016 como el día en que dijimos "basta"... y lo cumplimos... 

¡¡Gracias por leernos....!! Nos vemos el lunes/martes.... aún no lo tengo claro.... ainssss, mis dislates con el blog...., con más .... de todo un poco.... Que de todo cabe en Un bello día. 


¡¡Sed felices entretanto....!!





miércoles, 20 de abril de 2016

Zona de confort.



Esta semana os dejaba en Face un album dedicado a esas mezclas más atrevidas que no nos solemos plantear a priori.... por pura inercia, realmente, no porque hayamos decidido que no nos gustan o que no nos favorecen. No, la cosa es más simple... Se salen de nuestros hábitos a la hora de enfrentarnos al armario. Y es cierto que, a las siete de la mañana..., no es momento de analizar en exceso, de hecho yo suelo recomendar tener outfits ya hechos y colgados de las perchas para evitar bloqueos mentales en esas horas difíciles..., pero la semana es larga e inclusiva de ratillos adecuados para un poquito de mayor divertimento... y originalidad. 


Tener una zona de confort no es malo, al contrario, vivir siempre en ella... es "menos bueno". Nuestra zona de confort suele estar integrada por varias prendas... Prendas que se repiten, mucho, en el armario. Prendas que usamos mucho. Prendas que compramos mucho (con independencia de que ya tengamos un montón). 

No tienen por qué coincidir las tres variables... pero suelen hacerlo... y basta con que se dé una sola para  situar esa prenda en cuestión en tal categoría. 

A ver, poneos a pensar en qué no se os despega del cuerpo.... ¿Vuestros jeans....? ¿Las camisetas blancas...? ¿Los tricots envolventes.....?

Identificar nuestra zona de confort es importante porque nos da muchas pistas sobre nuestro propio estilo y forma de ser. También, porque nos ayuda a usar las prendas que la integran de un modo más consciente. Al tercer día de salir a la calle con jeans, tal vez sea el momento de autoconcedernos un poquito menos de previsibilidad... Al tiempo y desde la perspectiva contraria, sabremos a qué acudir, en el armario, cuando necesitemos sentirmos muy cómodas y muy seguras. 

Para finalizar y no menos importante, ese análisis certero nos ayudará a hacer mejores compras. Que por más que se nos vayan los ojos a las chaquetas  loose en gris acero o negro al entrar en cualquier tienda... o a las camisetas de rayas... o a las camisas de aires masculinos... si va a ser nuestra  séptima compra del año en ese rango...., pues mira, mejor... no. 


En resumen y como os decía más arriba..., tener una zona de confort es bueno... Estar siempre metida en ella, no lo es tanto. 


Estoy segura  de que, mientras leéis este post..., ya tenéis clara cuál es la vuestra. Ahora, a obrar en consecuencia... conforme os he indicado. Tips de estilo by Un bello día, podríamos haber subtitulado la entrada. 



Mañana tenemos post compartido con La Violeta Dulce y Bonita. Os avanzo..... vamos a tocar un tema de los de "un minuto para la reflexión". 


¡¡¡¡Gracias por el tiempo que nos dedicáis....!!!!



Imagen: Hampton SC




martes, 12 de abril de 2016

Cuando el orden entra en tu armario II.



Todos, si bien imagino que debiera decir "todas" (creo que las lectoras del blog sois chicas en su amplísima mayoría...), tenemos un estilo único y encontrarlo nos hace felices. Es como cerrar un círculo. Lograr la definición de ideas desperdigadas..., de inspiraciones que a menudo nos han venido sin modular, sin hilarse entre sí.... y que, de repente, adquieren una lógica y un sentido lineal... En lugar de preguntas... hallamos respuestas. Conocer nuestro estilo, haberle puesto nombre..., nos da todas las respuestas.... frente al armario. Y desde el armario, a nuestro día a día

Porque eso que llamamos estilo no es sino un modo más de mostrarnos al mundo. De decirle quiénes somos, lo que hacemos y cómo lo hacemos. Es personalidad, es comunicación.... Mejora con el tiempo...., con ese otras veces temido (y no debiera nunca ser así) paso de los años. Es un proceso creativo maravilloso. Encontrar nuestro estilo es una experiencia que ninguna de nosotras debiéramos perdernos....

Imagen: Hampton SC

El estilo no comienza en el armario.... comienza en nuestra cabeza, en nuestra mente.... En ese proceso de autoconocimiento (nosotras, nuestra vida, nuestros cambios....) al que me he referido. Pero si no comienza en... siempre pasa por.... (más pronto o más tarde....) el armario. 


Imagen: Hampton SC


Un armario "bonito" (útil, práctico..., ordenado....) es posible... y nuestro estilo lo necesita. Antes de hallarlo, posiblemente nos baste con tener ropa.... sin más.....  y casi seguro que tendremos demasiada. Después de haberle puesto nombre, la ropa deja de ser el objetivo..... Lo son los outfits, los looks que podemos construir con ella y que nos dan soluciones a nuestro devenir cotidiano. A esas multitareas que casi todas enfrentamos. Esas "buenas mezclas" que no son el resultado de acumular prendas, sino de escoger cada una de ellas. 

En el post anterior, que pudistéis leer en el blog de La Violeta Dulce y Bonita, en nuestros jueves quincenales de intercambio...., reflexionábamos en torno al orden como concepto... Nos basábamos en el libro "La magia del orden", de Marie Kondo. 

Iniciamos allí unos apuntes con respecto al orden concreto en nuestro vestidor. Lo traducíamos en calidad de vida.... y de vida a las siete de la mañana, muchas veces.....Ahora los completaremos en esta nueva entrada, como también os comenté... Recordad que os emplazaba a leerla..... 

Darle la vuelta, por completo....,  a nuestro armario... Y al menos dos veces al año. ¿Cómo....? En lugar de  hacerlo de "una tacada", os propongo unos treinta minutos.... siete días......

El truco está en centrarnos cada día en un sólo tipo de prenda.  Al final de los siete días, le habremos  dado la vuelta a cada rincón y tendremos  el armario con el que merecidamente soñamos cada inicio de temporada: visualmente limpio, abierto.... práctico, resolutivo. Y lo que es igual de esencial.... Sabremos con seguridad dónde encontrarlo "todo" y "qué" es ese todo..... 

Y es que, sabéis que es una de mis máximas...., lo que no se ve, no se usa....y, consecuentemente, se olvida. Antes de estos giros de 180 grados al armario, a menudo alberga prendas que ignorábamos poseer.... ¡¡De pena...!!


Imagen: Hampton SC


Plan para los siete días del Reto "Cuando el orden entra en tu armario". 
 
DIA 1
zapatos y bolsos

DIA 2
complementos, gorros, bufandas, fulares y guantes

DIA3 
partes de arriba

DIA 4
partes de abajo

DIA 5 
abrigos, ropa interior y pijamas

DIA 6
ropa de deporte y de fiesta

DIA 7
las "cuatro bolsas", decorar y hacer, si lo hallamos necesario, nuestra shopping list
 
 
¿Para qué son las cuatro bolsas...?

Al ponernos manos a obra con el Reto, habremos ido sacando del armario muchas prendas, tras constatar que no nos van a volver a ser útiles.... Conocido nuestro estilo, seguras de nuestras necesidades reales, la ropa adquiere un significado mucho más conciso... y precisamos menos... Menos es más. 
 
En las bolsas, vamos a....
  1. Tirar, reciclando en Punto limpio, las prendas que ya no se pueden usar.
  2. Regalar, las que tendrán una segunda oportunidad en nuevas manos.
  3. Conservar, lo que queremos volver a usar en temporadas venideras.
  4. Arreglar, las prendas que lo precisen... Detalles de costura, tintorería....

Imagen: Hampton SC


Estrategias para ganar espacios limpios  y más fluidos,  además del inevitable "vaciar", son, en primer lugar,   utilizar perchas idénticas.... con algunas más bonitas, decoradas o vintage...., aquí y allá (os sugería una shop ad hoc en un post reciente, éste....) El efecto es "orden y personalidad" al mismo tiempo.

También.... y en segundo lugar....,  enrollar en lugar de apilar. Los cajones con las camisetas enrolladas, camisas...., pantalones... (casi todo se puede enrollar), no solo cunden más... sino que además nos permiten ver "todas" las prendas guardadas. El apilar, por el contrario, no.  A partir de la tercera prenda apilada aquello se convierte en un misterio. Y sacar las últimas.... desordena. Coger cualquier prenda enrollada, no desordena en absoluto. 

Espero que estas pautas sencillas os hayan sido útiles... porque, de verdad..., "sí" funcionan.

Recordad y resumiendo...., que nuestra vida, como mujeres..., es un puro baile..... Cambios..... Casi  todas las "penas de estilo" tienen su origen en alguno de ellos. Cambio de talla, de ciudad, de trabajo, de estación, de edad, la maternidad.....
 
De cómo aprendamos a gestionarlos dependen muchas dosis de felicidad... En esa gestión, el estilo y el armario deberán ir cambiando también..., adaptándose a las nuevas necesidades. 

El cambio bien entendido es un puro ejercicio de identidad.... Y el orden en el armario.... ¡¡¡otro...!!!


 

miércoles, 6 de abril de 2016

Cuando el orden entra en tu armario.



Jueves de post compartido con La Violeta Dulce y Bonita.... Fechas clave para vestirse de entretiempo, al menos en teoría....., ya sabemos que luego podemos pasar del invierno al verano en un mismo día de primavera.... según le apetezca a nuestra veleiodosa climatología..., y, por ende..., de trasladar estos cambios al armario. 

Sí... Quien más, quien menos...., está pensando en que "debe" actualizar sus percheros y dejar ya los plumíferos y las bufandas para mejor ocasión... 

¿Cómo se enfrenta Lorena, en estos trances....,  a su vestidor...? Nos lo cuenta con su genialidad de siempre.


Nuevamente, la propuesta de Pilar, en esta ocasión bajo el título “Cuando el orden entra en tu armario”, ha supuesto un reto para mí. 

Yo no soy precisamente experta en moda, ni en ropa. De hecho, si mi fondo de armario se comparara con el de los demás… se podría decir, sin lugar a dudas, que mi indumentaria es un tanto escasa.
Aun así, no se me da del todo mal combinar formas, texturas y colores (aunque creo que se me da mejor en el sector de la decoración) y no creo que me encontréis por ahí en plan “chanclas con calcetines”. 

Como decía al inicio, cuando Pilar me sugirió hacer una entrada que tratara sobre el cambio de ropa de temporada en los armarios, el “sistema” de clasificación, etc… me quedé un poco descolocada.
“Yo no tengo ningún sistema”, pensé. “Saco una ropa y meto otra”. 

Y seguí dándole vueltas al asunto hasta que caí en la cuenta de que siempre, sin ser consciente, utilizo un método (yo y mis manías). Quizá, sin darme cuenta, lo hago porque me resulta cómodo y práctico: la ropa está accesible para mí..., ordenada, se arruga poco…

No sé si vosotras tendréis técnicas propias para colocar vuestro vestuario, si os serán de utilidad las mías o si sólo os servirán para conocer un poquito más a esta Violeta, no sé siempre dulce y bonita, pero desde luego sí que un poquito maniático-caótica.

Allá voy… 





La semana pasada comenzaron a darme picores, muy a mi pesar.... (ya sabéis que me encanta la estación más fría del año), cuando abría el armario y veía los jerséis gordos de lana. Eso sólo podía significar.... que tenía que empezar a hacer el famoso “cambio de armario”. A veces, es un rollo eso de que “la naturaleza siga su curso".

Saqué todo, eché a lavar el “invierno”, saqué el “entretiempo”, lo puse encima de la cama y, a continuación, comencé a meterlo sistemáticamente en el armario: 

* En el portamaletas: los fulares (básicos para mí).
* En la barra para colgar (de izquierda a derecha): pantalones, camisas (las de diario y seguidamente las de salir), rebecas finas y mi chaqueta vaquera.
* En la repisa baja del armario (apiladas): camisetas de diario y al lado, en otro montón, otras más arregladas. 

En cuanto al zapatero, las botas altas, los botines y los zapatos cerrados, con y sin tacón, van dando paso a otros más destapados (las zapatillas siempre sobreviven). 

Fuente de todas las imágenes del post: Hampton SC

  
Pero sabemos (u os informo) que vivo en Murcia... y este idílico armario primaveral va a durar, tirando por lo alto, dos semanas. Ojalá no fuera así. 

De modo que,  pronto..., la situación del fondo de armario descrito cambiará por: 

* En el portamaletas: el nórdico de la cama.
* En la barra para colgar (de izquierda a derecha): mi gran descubrimiento del año pasado, los culottes, que me permiten andar fresca sin enseñar mis rodillas, que no me gustan..., faldas (con un largo parecido) y camisas de manga corta.
* En la repisa del armario (apiladas): camisetas de manga corta, camisetas de tirantes, camisetas más formales y, raro que los utilice..., unos shorts.

 Finalmente y en cuanto al zapatero estival, predominarán sandalias (con y sin tacón), flip flops de dedo (más para andar por casa que para ir a la playa) y, cómo no..., unas zapatillas. 




Bueno... y ahora, sin más dilación, me voy a leer el post de Pilar. Os invito a que os vengáis conmigo porque de seguro vamos a aprender un montón de trucos súper útiles de esta gran experta.

(Inciso personal.... "¡¡¡Glubssssss......!!!!")
 
Hasta dentro de dos semanas sweeties. 


Mi aplauso para Lorena. Práctica y resolutiva.... como siempre. Tan solo una objeción. En su armario de verano guarda unos shorts que, por propia confesión...., no espera ponerse. Si tiene esa seguridad, debería suprimirlos, sin más... Es una prenda inútil para ella, pues no responde a sus preferencias y necesidades actuales.... Le propondría un leguin corsario (los que llegan, de largo, por debajo de la rodilla) en algodón ecológico. Fresquitos, cómodísimos.... y tapando la rodilla, como a ella le gusta 
vestir.  


Recordad que mi propio post lo podéis leer aquí... Del Blog de Un bello día a La Violeta Dulce y Bonita y tiro porque me toca..... Nuestras entradas compartidas van camino de convertirse en un clásico quincenal....  y nada podría alegrarme más.


Gracias siempre por pasaros.... Nos vemos el martes en el ritmo habitual del blog. A ver si el finde nos regala primavera bonita y cálida.... Caso contrario... ¡¡aprovechad para cambiar el armario....!!