miércoles, 4 de mayo de 2016

Dos primaveras.


 Nueva entrada compartida con La Violeta dulce y bonita. En esta ocasión, Lorena y yo nos dedicamos a reflexionar sobre esta primavera que se ha instalado en nuestras vidas. La suya, la mía y las vuestras... 

Es una de las épocas del año que más odios/amores suscita.... Por algo será, indudablemente. Vamos a ver en qué bando se coloca Lorena... 





Me gusta el invierno y el frío y todo lo que ello conlleva. 

Me encanta tocar la nieve con la mano desnuda, sentir el frío cortante en la cara que me invita a moverme, rápidamente. Me gustan mucho las tardes de domingo de sofá y manta. Los chocolates, los tés y los caldos calientes que templan el cuerpo… y el ánimo. 

Definitivamente, el invierno es mi estación favorita. 

Recuerdo, cuando era niña...,  que odiaba el verano.  No me gustaba vivir en el aquel quinto sin ascensor ni aire acondicionado...,  que en la época estival se convertía en un horno. Odiaba las tardes eternas sin amigos para jugar porque se habían ido con sus padres de vacaciones.
Sí, puede que tenga un poco de trauma...

En cuanto a la primavera, me gusta cuando aún no aprieta el calor. Para mí la clave siempre es ésa: el calor. 

Me agradan estos días en que me levanto y ya casi ha amanecido del todo, y me gusta que por la tarde no dé pereza salir a la calle. Supongo que esa es una de las “desventajas” del invierno, la sensación de que “es muy tarde” para todo aunque realmente sea pronto. Aún sí, a mí no me suele afectar mucho la barrera psicológica de las horas de luz. 

Tengo la suerte de no ser alérgica y, por tanto, gozo del privilegio de disfrutar en esta época de la naturaleza en todo su esplendor, tanto en los jardines que hay cerca de mi casa como en el campus universitario. Todas esas plantas y árboles a reventar de flores, con sus colores brillantes y vistosos, las abejas zumbando a su alrededor, las tórtolas posadas en sus nidos, incubando, y las trepidantes ardillas saltando de rama en rama, son una auténtica delicia. 



También me gusta el cambio que esta estación produce en el comportamiento de la gente. Parece que, al igual que se abren los capullos de las flores, lo hace el estado de ánimo de muchas personas. Esa actitud de recogimiento bajo el abrigo, el gorro y los guantes, da paso a sonrisas abiertas, a conversaciones animadas, a planes improvisados a cualquier hora, en cualquier lugar. 

Y, hablando de ropa, es el momento en que la lana y la pana y los colores sobrios dan paso a tejidos más fluidos con colores más animados que, precisamente, parece que contribuyen a proporcionarnos esa ligereza, esa apertura, esa fluidez, más en consonancia con la estación de la que os hablamos... 

Lo mismo que es una buena época para hacer planes, lo es  para practicar deportes.  Senderismo por cualquiera de las montañas cercanas a la ciudad.... o para coger la bici y recorrer la vía verde (el camino por donde antiguamente pasaba la vía del tren) o la vereda del río, disfrutando  del sol templado en la cara y de estampas idílicas: patos y  patitos recorriendo con parsimonia las mansas aguas o, por el contrario, conejos y sus gazapos corriendo desbocados...

Como anécdota, os contaré que una de las cosas que más gracia me está haciendo esta primavera es cuando cojo por las mañanas el coche y veo en las casas que rodean a la mía (recientemente me he mudado) varios grupos de adolescentes, compuestos por chicos y chicas, que van a buscar a algún compañero. Lo esperan en la puerta de su vivienda (entiendo que para irse en comandita al instituto) y, mientras aguardan a que salga, se les escucha en conversaciones animadas, alguna exclamación estridente y muchas risas tontas. Me encantan. Siempre me arrancan alguna sonrisa. Ay.... la primavera, que la sangre altera… 




Finalmente, por estas fechas siempre digo y repito varias veces: “Aynsssss, se podría quedar ya así (el clima)”. Pero el paso del tiempo es inevitable..., así que trataré de disfrutar intensamente de lo que queda de esta estación tan bonita y que tanto ofrece.

Y vuestra primavera, ¿cómo es? 

Yo me voy pitanto a leer cómo es la de Pilar.
  
Un dulce besito. 


 ¡¡Qué bonito lo ha descrito Lorena...., ¿No os parece....?!! Sobre todo, me ha parecido de lo más encantadora su alusión a los grupos de jovencitos camino del Instituto..., riéndose felices y despreocupados, a pesar de los exámenes que inevitablemente, estoy segura...., les desbordan en la agenda. 

Y es que siempre, siempre...., debemos proponernos practicar la sonrisa..., la risa, la alegría por el hecho de vivir..., de compartir.... Como os digo en mi propia entrada..., en el blog de nuestra Violeta favorita, también el estilo es actitud... Sobre todo, es actitud. 

Por cierto... ¿Os gustan las ilustraciones de Mila Marquis...? Os dejo su galería... Un punto naif, un punto mágica.... ¡¡Es, realmente, muy primaveral!!

Gracias por leernos.... Nos vemos el martes en el ritmo habitual de Un bello día. ¡¡Sed felices entretanto...!!


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